1.- La Literatura del halago.
El Ateneo de Sevilla, recuerdo de una Junta Directiva (junio/2005- enero/2010), libro publicado por el propio Ateneo al despuntar el año 2010, en coincidencia con el cambio de la propia Junta, incluye un bello artículo de José Carlos Campos Camacho que merece la pena recordar. Su título es Sevilla en la cumbre del elogio. Sevilla urbe et orbe y el propio título nos está ya advirtiendo de que pertenece a lo que José María Izquierdo definió en Tránsito y Transfiguración ( crónica VIII. La sublimación de Sevilla)como “la literatura del halago.
Es de tradición –escribió Izquierdo—el renombre que goza Sevilla por juro de su gracia. Su solo nombre, su gracia, es ya imán de corazones, estrella guiadora de llas almas… Sevilla en la literatura aparece siempre con una aureola singular, a una luz privativa. Esta peculiaridad consite en que la literatura a ella consagrada es . casi sin excepción, una literatura laudatoria: “venid y vamos todos con flores a Sevilla…”
José Carlos Campos ha recogido en el artículo en compendio expresivo de exaltaciones y recuerdos de la ciudad, desde Herrera, en el arranque del barroquismo andaluz, hasta los famosos puntos suspensivos del inmortal … y Sevilla, de Manuel Machado.
El autor del ariculo recuerda con Ortiz Muño<> Sevilla en la Literatura es también un epígrafe del libro de José María Izquierdo Relieves… sin relieve (Ateneo de Sevilla. 2ª edición. 2007) en el que recuerda las páginas antológicas que con ese mimsmo título publicaba La Revista La Exposición , inaugurada en la pñrimavera de 1912: en la redacción de esta letanía sevillana colaboraron Felipe Cortines Murube, Miguel Romero Martínez, Alfredo Blanco, Antonio Puelles, Ángel Izquierdo y Martinez … Ya sabemos quien era este último, el hermano menor del propio José María, muerto en 1914, al entrar en su primera juventud, herida moral y espiritual que nunca llegó a cicatrizar en el hermano mayor, quien le dedicó las bellas páginas intimistas de su libro Por la parábola de la vida. (Ateno de Sevilla 3ª edición. 2007). Deseamos – concluía el divagador—que la serie comenzada e ininterrumpida tenga continuación, que aquella inforamación se renueve y perpetúe en un libro.
Campos Camacho ha aportado su granito de arena para que aquel propósito de Izquierdo permanezca siempre vivo a la espera de nuevas y distintas concreciones.
Una literatura del halago que, según el propio Izquierdo debería trascender más allá de lo que él mismo denominaba “el libro de los loores”, para proyectarse siempre hacia el futuro.
El Ateneo de Sevilla, recuerdo de una Junta Directiva (junio/2005- enero/2010), libro publicado por el propio Ateneo al despuntar el año 2010, en coincidencia con el cambio de la propia Junta, incluye un bello artículo de José Carlos Campos Camacho que merece la pena recordar. Su título es Sevilla en la cumbre del elogio. Sevilla urbe et orbe y el propio título nos está ya advirtiendo de que pertenece a lo que José María Izquierdo definió en Tránsito y Transfiguración ( crónica VIII. La sublimación de Sevilla)como “la literatura del halago.
Es de tradición –escribió Izquierdo—el renombre que goza Sevilla por juro de su gracia. Su solo nombre, su gracia, es ya imán de corazones, estrella guiadora de llas almas… Sevilla en la literatura aparece siempre con una aureola singular, a una luz privativa. Esta peculiaridad consite en que la literatura a ella consagrada es . casi sin excepción, una literatura laudatoria: “venid y vamos todos con flores a Sevilla…”
José Carlos Campos ha recogido en el artículo en compendio expresivo de exaltaciones y recuerdos de la ciudad, desde Herrera, en el arranque del barroquismo andaluz, hasta los famosos puntos suspensivos del inmortal … y Sevilla, de Manuel Machado.
El autor del ariculo recuerda con Ortiz Muño<> Sevilla en la Literatura es también un epígrafe del libro de José María Izquierdo Relieves… sin relieve (Ateneo de Sevilla. 2ª edición. 2007) en el que recuerda las páginas antológicas que con ese mimsmo título publicaba La Revista La Exposición , inaugurada en la pñrimavera de 1912: en la redacción de esta letanía sevillana colaboraron Felipe Cortines Murube, Miguel Romero Martínez, Alfredo Blanco, Antonio Puelles, Ángel Izquierdo y Martinez … Ya sabemos quien era este último, el hermano menor del propio José María, muerto en 1914, al entrar en su primera juventud, herida moral y espiritual que nunca llegó a cicatrizar en el hermano mayor, quien le dedicó las bellas páginas intimistas de su libro Por la parábola de la vida. (Ateno de Sevilla 3ª edición. 2007). Deseamos – concluía el divagador—que la serie comenzada e ininterrumpida tenga continuación, que aquella inforamación se renueve y perpetúe en un libro.
Campos Camacho ha aportado su granito de arena para que aquel propósito de Izquierdo permanezca siempre vivo a la espera de nuevas y distintas concreciones.
Una literatura del halago que, según el propio Izquierdo debería trascender más allá de lo que él mismo denominaba “el libro de los loores”, para proyectarse siempre hacia el futuro.
Acaba de hablarme de este blog su hijo. Muy interesantes sus reflexiones y la aportación sobre José María Izquierdo del Sr. Campos Camacho.
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